lunes, 4 de abril de 2016



Métodos de estudio en clínica del trabajo







La clínica del trabajo parte de considerar este como el elemento organizador de las relaciones que se definen entre el individuo y el medio. Por esto el estudio de las denominadas patologías de la productividad, puede hacerse a través del estudio de la actividad elaborada por los individuos.

En este sentido es posible considerar la actividad como “la construcción particular y singular elaborada por los individuos para adaptarse y transformar el medio en el cual ejerce y despliega sus acciones”. Esto significa que la actividad es producto de la interpretación del medio, de su identificación prospectiva en la cual el individuo es capaz de prever las evoluciones de los eventos basándose  en su experiencia. Esto con el fin de elaborar acciones que le permiten actuar conservando y desarrollando sus conocimientos. En últimas se puede considerar la actividad como el campo donde se ejerce el compromiso subjetivo de los individuos.

La actividad de trabajo se constituye así en el escenario donde se desarrolla la individualidad y al tiempo es el lugar donde se elaboran las singularidades colectivas. El trabajo es entonces el campo diverso donde se pone de manifiesto la contrariedad, la uniformidad y la heterogeneidad, por tanto se constituye en un campo privilegiado para la construcción de la identidad de todo sujeto.

En el estudio de la actividad de trabajo, los vínculos entre actividad y subjetividad son objeto de análisis. La acción visible y descriptible es la expresión de las formas de regulación de la actividad, al tiempo revela las formas de juzgamiento, la elaboración de objetivos desde la perspectiva individual y colectiva. Los rasgos centrales de la clínica del trabajo se pueden caracterizar así (Lhuilier, 2006)4:

[1]  establecer la importancia de las demandas expresadas por los trabajadores,
[2]  valorar la dimensión colectiva los marcos de análisis
[3]  destacar la centralidad del trabajo en su doble dimensión: organización social del trabajo y vinculo subjetivo al trabajo
[4]  definir la intervención del analista como proceso de cambio y transformación de las situaciones concretas de trabajo
[5]  La clínica del trabajo se desarrolla entonces a partir del testimonio del trabajador y se elabora la intervención a partir de este, esto solo puede llevarse a cabo en la situación real y objetiva de trabajo.

A partir de los trabajos de Gabriel Fernández & Yves Clot, se definen dos conceptos centrales en el estudio clínico de las actividades profesionales.

·         El primero de ellos indica que una profesión, o género profesional. Es un conjunto de obligaciones que, sin proponérselo, impone el grupo profesional para poder alcanzar el objetivo, incluso en contra del modus operan-di prescrito. Además, es un conjunto de evaluaciones de las situaciones  compartidas por los profesionales, que sirven para organizar de forma implícita su actividad.

Desde el punto de vista del sujeto, es una memoria para la acción. Es una memoria trans-personal y colectiva que le da consistencia  a su actividad: maneras de ser, de comportarse, de  iniciar y terminar una acción, de dirigir la actividad con éxito.

Estas maneras de abordar las cosas y de dirigirse a las personas forman un repertorio de actos pre-organizados, admitidos o desplazados,  producto de la historia del grupo profesional. Berthoz (1997) habla de memoria del futuro. Para nosotros, el género  profesional es un entramado de técnicas, tanto del cuerpo como  intelectuales, de palabras y de gestos profesionales. Lo consideramos  como un recurso que el profesional puede adaptar al  contexto de la acción, y con él que también, en la mayoría de las veces, adapta el contexto para actuar.

El género profesional tiene entonces dos caras: por un lado es un conjunto de normas compartidas y, por otro lado, un recurso  para la vida profesional ya que otorga la posibilidad a cada miembro del colectivo de trabajo de adaptar la norma. Para nosotros, este es un punto determinante de la movilización subjetiva. El género es un medio para saber cómo actuar en la  situación profesional. Su adopción, consiente o no, por parte  del sujeto marca su pertenencia al grupo profesional y orienta su acción. El carácter transpersonal del género le confiere una  función psicológica peculiar ya que, sobretodo, organiza las relaciones profesionales entre trabajadores y no directamente las  relaciones intersubjetivas entre personas.

Es importante recalcar que cada individuo le da consistencia y perennidad a su actividad. Dos conceptos se encuentra asociados en clínica del trabajo al estudio de la actividad estos son los conceptos de Genero y de estilo. Cuando se habla de género se considera que cada miembro  del grupo profesional puede acoplarlo a las exigencias de su acción. Esta adaptación hace del género profesional un instrumento de la actividad.

·         De igual manera el estilo de la acción es el proceso psicológico que le permite a un sujeto ajustar el género.  El profesional se deshace de ciertas obligaciones genéricas  transformándolas, lo que hace posible la continuidad de su acción. Bajo este aspecto, el sujeto interpone entre él y las obligaciones  genéricas una distancia psicológicamente necesaria para ajustar la regla, el gesto o la palabra, y de este modo conservarle  su propiedad de recurso para la acción. El estilo es, entonces, el proceso que mantiene vivo al género profesional, puesto que lo desarrolla al incluir nuevas variantes valoradas y conservadas –o no-, por el colectivo profesional.  

En realidad el estilo realiza una doble liberación. La primera es una liberación con relación a la memoria trans-personal, es decir, como lo acabamos de señalar, la memoria de las obligaciones genéricas. La segunda es con relación a la historia personal. El sujeto ajusta sus propios esquemas personales – sensitivo-motores, cognitivos, emocionales-, movilizados en la acción bajo el doble impulso del sentido personal de la actividad y de la eficiencia de las operaciones de trabajo.

También vemos esta segunda liberación como un desarrollo, en este caso del sujeto, que tiene lazos estrechos con su salud. La clínica de las actividades profesionales nos ha enseñado que la estricta conservación del ser es un obstáculo para la salud. Solo el desarrollo del poder de acción sobre el entorno y sobre sí mismo es un factor favorable para la salud.

Las defensas que los trabajadores construyen para salvar su “normalidad” los rebajan (Clot, 1999b), porque la normalidad no es más que la adopción de una norma única, mientras que la salud responde a la capacidad de producir nuevas normas, incluso en contra de la norma vigente (Canguilhem, 1966/1984).






CARACTERÍSTICAS  DE LA ACTIVIDAD

 








Características toda actividad: 
[1]  toda actividad se desarrolla asociada a objetivos particulares de los individuos e incluye los principios de facilidad y de uso económico de sus propios recursos. Lo cual la hace complejo en términos de eficiencia y efectividad de las selecciones realizadas.

[2]  toda actividad se construye de acuerdo a los objetivos instantáneos de los individuos: estado de salud, prácticas colectivas de gestión del riesgo, control del tiempo  de exposición, estado instantáneo global y particular del sistema de producción, entre otras.

[3]  toda actividad requiere el uso de la anticipación, por lo que requiere la inteligibilidad del entorno, es decir el trabajador debe tener la posibilidad de identificar patrones de evolución de los sistemas. 

[4]  toda actividad se manifiesta a través de acciones visibles como: ubicarse, orientarse, moverse, gesticular, mirar, escuchar, tocar, monitorear entre o otras.

Toda actividad posee una doble dimensión: comportamental y cognitiva. La primera es accesible fácilmente a través del registro sistemático de las conductas de los individuos y grupos de individuos en la ejecución de una tarea, se entiende por conducta los  patrones de comportamiento estables que están regulados por las propias reglas del individuo y por la reglas del entorno social y productivo; para el analistas de la prevención estas conductas permiten identificar patrones de comportamiento y al tiempo dan luz sobre las informaciones incorporadas del medio a estos patrones y que le permiten a los trabajadores actuar preventivamente ante los peligros de tal forma que ellos puedan limitar la exposición a riesgos.

La segunda dimensión, es menos visible y requiere de un análisis profundo de los comportamientos y de procesos de interacción bien elaborados con los trabajadores, para acceder a ellas. El componente cognitivo de toda actividad está organizado por el uso de los conocimientos, de la experiencia y por los procesos de codificación y decodificación de la información utilizada para la ejecución de una tarea.

Una actividad puede describirse como un proceso sincrónico,  es decir que al realizar una actividad se produce un vínculo de sentido entre diferentes eventos que se generan en el entorno de trabajo, estos eventos el trabajador los asocia a comportamientos y a conocimientos aplicables. En toda actividad los comportamientos manifiestos están asociados a conocimientos que establecen entre otros aspectos: el tiempo de uso y aplicación de una acción, la modificación en las secuencias de acciones, los patrones de búsqueda de relaciones y de causalidades. Estos elementos son utilizados con el fin de estructurar una actividad eficiente y económica, que permita al trabajador obtener el objetivo, limitando la exposición a un peligro o riesgo potencial.